martes, 5 de julio de 2011

CONCLUSIÓN




La inmortalidad del alma, la existencia del mundo espiritual y la vida de ultratumba, son temas de la religión. El cristianismo siempre supo y enseñó que el hombre es algo más que un conjunto de elementos químicos, que además del cuerpo él tiene el alma, que en el momento de la muerte, no muere sino que sigue viviendo y desarrollándose en condiciones nuevas.
Durante los dos milenios de la existencia del cristianismo, se reunió una rica literatura sobre el mundo de ultratumba. En algunos casos el Señor permite a las almas de los muertos, aparecer a sus parientes y conocidos para prevenirles sobre lo que les espera en el otro mundo y con esto incitarlos a vivir moralmente mejor. Gracias a eso en los libros de religión hay bastantes relatos sobre lo que las almas de los muertos vieron en el otro mundo, sobre los Ángeles, sobre el acoso de los demonios, sobre la alegría de los justos en el paraíso, y los sufrimientos de los pecadores en el infierno.
En el último cuarto del siglo, se documentaron numerosos relatos de los hombres que pasaron la muerte clínica. Un importante porcentaje de estos relatos incluye la descripción de lo que vieron cerca del lugar de su muerte. En la mayoría de los casos, las almas de esta gente no alcanzaron a llegar al paraíso o al infierno, pero a veces han contemplado estos estados.
Como los más antiguos relatos de la literatura religiosa, así también las investigaciones actuales de los médicos reanimadores, corroboran las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, que después de la muerte una parte del hombre (llámenla como quieran: "persona," "conciencia," "yo" ó "alma), continúa su existencia, pero en condiciones completamente nuevas. Esta existencia no es pasiva, ya que la persona continúa el proceso de pensamiento, siente, desea, etc. en forma semejante a como lo hacía durante su vida terrenal. La comprensión de esta verdad primordial es muy importante, para construir nuestra vida correctamente.
Sin embargo, no a todas las conclusiones de los médicos reanimadores hay que tomarlas literalmente. A veces ellos emiten opiniones basadas en los datos incompletos y a veces hasta erróneos. El cristiano debe, en todo lo que se refiere al mundo espiritual, corroborar con las enseñanzas de las Sagradas escrituras, para no enredarse en las redes de las elaboraciones filosóficas y opiniones personales de los autores de libros que escriben sobre este tema.
El valor principal de las investigaciones contemporáneas sobre las cuestiones de la vida después de la muerte, consiste en que con una vía independiente y científica, ellos confirman la verdad de la existencia del alma y de la vida después de la muerte. Además, estos estudios pueden ayudar al creyente a entender mejor y prepararse para lo que verá inmediatamente después de su muerte.

Fuente. Fatheralexander.org

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